Los lavavajillas se han convertido en un básico de la mayoría de los hogares gracias a que permiten lavar los platos de manera más rápida y suponen un ahorro a nivel energético. Pero también es necesario que tengan un mantenimiento y limpieza para que funcionen de forma eficiente. Por ello, en este post te vamos a indicar cómo limpiar el lavavajillas por dentro.
Y es que tener en buenas condiciones el interior del lavavajillas es esencial para que funcione correctamente y evitar que se acumulen restos de comida y los malos olores.
¿Por qué limpiar el lavavajillas por dentro?
El lavavajillas no se limpia únicamente porque lo pongamos a diario. Acumula comida, grasa, restos de detergente que provocan mal olor o que la vajilla no salga limpia. Es más, si nos fijamos con atención, veremos partes negruzcas en sus paredes o juntas. Si ocurre esto, hemos de eliminar esa suciedad, ya que se adhiere a la vajilla cada vez que utilizamos el lavavajillas.
Así mismo, sin un buen mantenimiento el aparato se estropeará antes porque se habrán dañado elementos clave de su funcionamiento como es el filtro, la bomba o las aspas.
¿Con qué puedo limpiar el lavavajillas por dentro?
A continuación, te vamos a señalar con qué productos puedes lavar tu lavavajillas por dentro. Podemos optar por limpia lavavajillas comerciales o, bien, con remedios caseros.
Productos comerciales para limpiar el lavavajillas
Son productos ya preparados para ser aplicados en el electrodoméstico. Se recomiendan usar una vez al mes y basta con seguir las instrucciones del envase. Tenemos que utilizarlo en la zona de los platos hacia abajo y programar un ciclo largo de lavado para usarlo con la máquina vacía.
Es una opción muy cómoda, pero tiene la desventaja de que tiene un precio nada barato y, además, contribuye a contaminar el medio ambiente.
Como consejo, si se opta por utilizar estos productos, lo mejor es elegir uno que sea de calidad y de marca. Es decir, que cumpla la limpieza que promete y no tengamos que lamentar sustos en poco tiempo. No siempre lo más barato consiguen una limpieza efectiva.
En caso de escoger un producto barato, podemos emplear uno de buena calidad al menos una o dos veces al año.
Limpiar el lavavajillas con vinagre
Ya es de sobra conocido los grandes beneficios que proporciona el vinagre a nivel de limpieza y como desinfectante. Además, es un producto totalmente ecológico y que tenemos fácilmente en el hogar. Para limpiar el lavavajillas por dentro, seguiremos estos pasos:
Paramos a los 12 minutos porque es el primer paso de todo programa de lavavajillas para expulsar el agua y, si echamos el vinagre antes de ese tiempo, no serviría de nada.
Limpiar el lavavajillas con bicarbonato
Tras limpiar el lavavajillas con el vinagre blanco o el producto comercial, podemos utilizar el bicarbonato de sodio para dar una última limpieza completa. Su aplicación es muy sencilla, ya que solo basta con coger el bicarbonato de sodio y espolvorear en la parte de abajo tras utilizar un ciclo de lavado corto con temperatura máxima. De este modo, el bicarbonato refrescará el aparato eliminando el olor y cualquier suciedad que se haya podido quedar.
Limpiar el lavavajillas con lejía
La lejía tenemos que recordar que es un producto químico muy fuerte, por lo que es mejor utilizarlo con moderación y es ideal para eliminar el moho. Tenemos que tener en cuenta que, si el interior o la puerta del aparato es de acero inoxidable, no podremos emplear este producto, ya que es corrosivo y abrasivo.
Hay que recordar que siempre es recomendable utilizar la lejía con guantes para evitar daños en la piel y ventilar bien la estancia. De igual modo, no hay que mezclarla con otros productos porque podría generar gases.
Limpieza del lavavajillas por dentro paso a paso
Ahora, te vamos a mostrar cómo limpiar cada elemento del interior del lavavajillas para que esté totalmente limpio. Estamos hablando del filtro, las bandejas, las aspas, la junta y los conductos internos.
Limpiar el filtro
Se ubica en la zona inferior de la cubeta interior del lavavajillas. Suele pasar desapercibido, pero es sencillo de encontrar. Como consejo, para retirarlo y limpiarlo con mayor facilidad es mejor sacar el carro o bandeja inferior. Para extraerlo, basta con agarrar la parte superior del filtro, girar con suavidad y tirar hacia arriba.
En este sentido, es importante limpiar el filtro del lavavajillas porque es donde se acumula gran parte de la suciedad y restos de comida.
Para dejarlo como nuevo, mezclamos agua y jabón para platos. Si queremos una efectividad mayor, diluimos en la mezcla una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio. Frotamos con un cepillo por todo el filtro, retirando la suciedad y cualquier resto incrustado. Después de esto, basta con enjuagarlo bien y devolverlo a su sitio.
En caso de que esté muy sucio, podemos dejarlo en remojo durante 30 minutos en agua caliente para que se ablande la suciedad y eliminarla con mayor facilidad.
Limpiar las bandejas
Aprovechando el paso anterior, podemos también realizar una limpieza de ambas bandejas o carros. Se extraen con mucha facilidad y podemos comprobar si están o no limpias, sin restos de comida incrustada. Así como repasar los carriles para que circulen con mayor facilidad.
Todo esto se puede realizar fácilmente empleando un paño húmedo con agua y luego secar con papel absorbente.
Limpia la junta de la puerta
Para la junta de la puerta, podemos emplear un paño húmedo y repasar la goma. Aquí se suele acumular restos de comida que no vemos a simple vista o aparecer moho procedente de la humedad.
Siempre hemos de secar la zona muy bien con papel absorbente para terminar la limpieza. En caso de tener dificultad para llegar a todos los pliegues, podemos utilizar un cepillo pequeño o de dientes.
Limpiar las aspas
Las aspas o brazos del lavavajillas también son tendentes a acumular grasa y suciedad, por lo que es necesario limpiarlas. Al contrario que los casos anteriores, la limpieza se puede hacer cada seis meses sin problemas, ya que conlleva tener que desencajar las aspas.
Hay modelos de lavavajillas que permiten que las aspas se puedan abrir y otras no. Si con nuestro modelo podemos abrir las aspas, limpiamos el interior con agua y jabón, vinagre diluido en agua o un desengrasante.
En caso de no poderse desmontar, las introducimos en un barreño con agua a alta temperatura y, posteriormente, las ponemos bajo el grifo para que salga toda la suciedad del interior (tenemos que asegurarnos de que el agua entre por todos los agujeritos).
En ambos tipos de aspas, es necesario hacer un secado con papel absorbente antes de volver a colocarlas en el lavavajillas.
Limpia los conductos internos
Esta parte no se puede realizar a mano, por lo que es necesario contar con productos especiales ideados para ello. Podemos encontrar en el mercado limpia máquinas para conseguir que los conductos internos estén limpios.
Cada producto incluye las recomendaciones e instrucciones de uso y con una aplicación sencilla. Basta con desenroscar el bote y colocarlo boca abajo en el interior del lavavajillas, ya sea en la bandeja inferior o superior.
A continuación, cerramos la puerta y programamos un ciclo de lavado siguiendo las recomendaciones del fabricante. Eso sí, hacerlo siempre que el lavavajillas esté totalmente vacío.
Es recomendable realizar esta limpieza una vez cada uno o dos meses si lo usamos habitualmente. Y, sobre todo, si empleamos detergente o pastillas de baja calidad o hay largos periodos donde no se ha utilizado el lavavajillas.
Consejos para el mantenimiento básico del lavavajillas
Ahora que ya sabemos cómo limpiar el interior de un lavavajillas, toca comentar algunos consejos para mantener de forma básica el aparato limpio y evitar, de este modo, una futura limpieza más profunda o que la máquina pierda eficiencia.
Retirar la suciedad
Siempre es bueno eliminar la suciedad más gruesa con una servilleta de papel y evitar aclarar los platos bajo el grifo. Los lavavajillas modernos regulan la cantidad de agua a emplear según la suciedad que detecten en los platos. Si lo aclaramos todo, el sensor de suciedad detectará todo como limpio y podría, en caso extremos, llegar a estropearse.
Puerta siempre abierta
Es recomendable que la puerta esté siempre abierta, aunque sea por una pequeña abertura. Esto evitará los malos olores en el interior, así como que en el interior no se acumule la humedad y que dentro se seque por efecto ambiental, reduciendo así la formación de moho tanto en las aspas como en los conductos internos.
Limpiar la goma y marco de la puerta
Tenemos que pasar de vez en cuando una bayeta húmeda con detergente de platos por la goma y el marco de la puerta para limpiarlos. Es una zona donde se suele acumular suciedad. De igual modo, secar siempre con papel absorbente.
Tener el filtro limpio
Es decir, desmontar y lavar con regularidad el filtro (más o menos cada mes). Podemos emplear un cepillo y detergente para platos para eliminar toda la suciedad y restos de comida que se pueda haber acumulado en ellos.
Mantener los filtros limpios es esencial para evitar malos olores o que se atasque con restos de suciedad.
Las aspas siempre limpias
También hay que mantener las aspas siempre limpias. Se suelen llenar de grasa que no vemos a simple vista. Como ya hemos señalado, la forma de limpiarlas variará en función de si se pueden o no abrir.
Revisión conductos internos
Para una limpieza total pueden faltar una reducción de suciedad en los conductos internos. Las tuberías internas del lavavajillas acumulan grasa y cal tras varios lavados. Para mantenerlos limpios, hay varias maneras de conseguirlo.
Revisa el dosificador de detergente y abrillantador
Todos los lavavajillas disponen de un dosificador para introducir el detergente y el abrillantador. Este elemento también se puede ensuciar y acumular restos de productos si no se han disuelto de forma efectiva. Y, aunque es lo que más a la vista está, no está del más comprobar que está en perfectas condiciones.
Rellenar de compartimento de sal
No es necesario hacerlo de forma habitual, sino que es el aparato el que nos avisará cuando tengamos que reponer la sal especial para lavavajillas. La mayoría de modelos disponen de un piloto que se ilumina cuando no hay sal.
El lugar donde echaremos la sal se suele ubicar en la parte inferior del lavavajillas y está cerrado con un tapón de rosca. Algunos modelos incluyen un embudo para echar de forma más cómoda la sal en el compartimento.
Para rellenar la sal, basta con desenroscar, introducir el embudo y echar la sal. No hay de qué preocuparse si sale agua del interior, es algo normal. Tampoco pasa nada si cae un poco de sal fuera, aunque se recomienda limpiar. Hemos de introducir la cantidad de sal recomendada por el fabricante en el manual de uso del aparato.
Hay modelos de lavavajillas que no dejarán activar el ciclo de lavado si se ha quedado sin sal. Por eso es recomendable siempre estar pendiente de que no se encienda el piloto de aviso de que le falta sal.
¿Cómo puedo evitar los malos olores en el lavavajillas?
Los lavavajillas pueden acumular malos olores procedentes de los restos de comida, la humedad y el moho. Pero con unos consejos sencillos podremos evitarlos:
En conclusión, si seguimos las recomendaciones de cómo limpiar el lavavajillas por dentro, conseguiremos un electrodoméstico limpio, más eficiente y que tendrá una vida útil más larga.
