¿Estás dudando si comprar una licuadora o no y quieres saber qué usos le puedes dar? En este artículo te explicamos para qué sirven las licuadoras, todo lo que se puede hacer con ellas, qué tipos hay y unos consejitos para que elijas la que se adapte más a los que necesitas.
¿Qué es una licuadora?
La licuadora es un electrodoméstico de cocina con una única función que consiste en extraer el líquido de las frutas y las verduras, separándolo de la parte sólida, es decir, envía el jugo a un recipiente y la pulpa a otro.
El cómo lo hace, depende del tipo de licuadora. Como veremos, hay licuadoras (también llamadas extractores de jugo) que trabajan por centrifugado y otras con sistema de prensado en frío.
¿Para qué sirven las licuadoras?
Se entiende que al extraer los líquidos de los vegetales, la licuadora sirve para hacer zumos, pero ¿qué otras cosas se pueden hacer con una licuadora?
Las licuadoras actuales disponen o de sistema de filtros intercambiables con diferente nivel de filtrado o selector del tipo de licuado, por lo que se pueden utilizar también para otro tipo de preparaciones.
- Zumos combinando diferentes frutas y verduras (con más pulpa o con menos pulpa)
- Smoothies y batidos (puedes añadir luego leche o una bebida vegetal)
- Gazpachos
- Leches vegetales
- Helados (para ello hace falta un filtro especial ciego, es decir, sin agujeros)
- Cremas frías
- Purés de algunas frutas y verduras (se suele utilizar el mismo filtro o función que se emplea para hacer el helado)
- Salsas
Además, la pulpa se puede aprovechar en recetas de repostería, por ejemplo.
Cómo funciona una licuadora
La licuadora es un aparato que se caracteriza por su facilidad de uso. Solo tienes que familiarizarte con selectores, si los tiene (algunas tienen selector de tipo de licuado y regulador de pulpa). Lo demás solo consiste en conectarla a la electricidad, introducir la fruta troceada sin huesos o semillas grandes por la boca de entrada usando ayudándote del empujador para que quepa bien.
Lo único que, en algunos casos, es más complejo, es el montaje, puesto que hay modelos que llevan unas cuantas piezas y si no están bien colocadas, no permiten que la licuadora se ponga en marcha (por los mecanismos de seguridad). Por lo que es aconsejable, al menos las primeras veces, tener el manual de instrucciones a mano.
Tipos de licuadoras
Según su funcionamiento, hay tres tipos de licuadoras:
Licuadora manual
Actualmente, están en desuso porque no es un sistema tan eficaz como los otros. Este tipo de licuadoras no tienen alimentación eléctrica, de modo que se accionan manualmente mediante una palanca que hace girar el mecanismo de la licuadora para que esta prense los vegetales y se extraiga el jugo.
Licuadoras de centrifugado
Las licuadoras de centrifugado son las convencionales. Su funcionamiento se basa en un motor muy potente que acciona las cuchillas que muelen los vegetales y el centrifugado que hace que se separe el jugo de la pulpa, la piel y otros restos sólidos. Se caracterizan por trabajar a muy alta velocidad, es decir, entre 25000 y 65000, según el modelo (las de gama alta suelen ser más rápidas).
La ventaja de este tipo de licuadoras es que suelen ser económicas. Las desventajas son que, quedan bastantes restos atrapados en el conjunto de extracción, por lo que la limpieza suele ser más compleja. Además, con este sistema se genera calor, el cual activa la oxidación de los vegetales, lo que hace el zumo pierda muy rápido las vitaminas y no se pueda conservar muchas horas.
Licuadoras de prensado en frío
Las licuadoras de prensado en frío son más modernas (aunque ya llevan unos cuantos años en el mercado)y su funcionamiento es distinto. Trabajan con motores de baja potencia (como máximo 300 W) y a muy baja velocidad (entre 40 y 80 rpm).
El conjunto de extracción está compuesto por un tornillo helicoidal y el filtro (aunque hay marcas que lo tienen unificado en una sola pieza, las dos partes siempre están). Giran muy lentamente mientras el tornillo va prensando los vegetales (sin triturarlos) para extraerles el jugo.
Al ser un proceso tan delicado, no se genera calor, de modo que en este tipo de licuadoras el zumo conserva todas (o un gran porcentaje) de las vitaminas de la fruta y se mantiene intacto hasta 72 horas si lo guardas en la nevera. Por todo esto, son el tipo de licuadora que necesitas si quieres preparar los famosos batidos détox verdes.
Características a tener en cuenta al escoger una licuadora
Si estás por comprarte una licuadora, es interesante que antes eches un vistazo a algunas características que es conveniente tener en cuenta a la hora de elegir una.
- Número de revoluciones por minuto. Como hemos visto, depende del tipo de licuadora. Si se trata de una licuadora de centrifugado, cuantas más revoluciones por minuto (rpm) tenga, más jugo extrae en menos tiempo. Sin embargo, si lo que quieres es un zumo más puro, con todas las vitaminas, es decir, aún más saludable, tienes que escoger una batidora que genere la menor fricción posible, es decir, que tenga un nivel muy bajo de revoluciones. Lo ideal en este caso es que esté entre 40 y 70 rpm.
- Ancho de la boca. La amplitud de la boca de entrada determina el tamaño de los trozos que se pueden introducir. Las más grandes suelen ser de unos 7 cm diámetro, lo que permite que entre, por ejemplo, una manzana entera, una naranja, un racimo de uvas, entre otros). Esto te permite ahorrar tiempo previo de preparación, puesto que tienes que trocear muy poco los vegetales.
- Potencia. La potencia es la fuerza del motor, por lo que en una licuadora centrífuga, cuanto más alta sea mejor, dado que la necesita para girar más rápido y trocear los ingredientes. En una licuadora de prensado en frío, con que tenga un máximo de 300 W, ya es suficiente. En este caso, la potencia del motor lo que le permite es trabajar más tiempo sin calentarse y poder extraer el jugo los vegetales más duros.
- Limpieza. La licuadora se ha de limpiar al acabar de usarla para evitar que los restos se queden pegados y sea más difícil eliminarlos. Una licuadora fácil de limpiar es aquella que se monta y desmonta con facilidad, que no tiene muchas piezas extraíbles y que no lleva acero inoxidable en el filtro (en este tipo de filtros es muy complejo quitar la fibra de la fruta y siempre suele quedar algo atrapado). Es un plus, obviamente, que las piezas se puedan lavar en el lavavajillas.
- Seguridad. Algunas licuadoras disponen de sistema de seguridad que bloquea o detiene la marcha si no está bien tapada o ha sido mal montada. Esto es importante si tienes niños en casa, ya que evita que se hagan daño en los dedos si tocan la licuadora mientras está funcionando.
- Base antideslizante y hueco recoge cables. Otros extras interesantes son que tenga base o patas antideslizantes, que la mantienen bien sujeta a la mesa cuando empieza a funcionar (especialmente las centrífugas que se sacuden un poco), y que tenga un hueco para recoger el cable o cable extraíble, lo que hace que sea menos aparatosa y ocupe menos a la hora de guardarla.
¿Cómo alargar la vida útil de la licuadora?
Si quieres que tu licuadora te dure unos cuantos años, es importante que la mantengas bien. Respecto a la limpieza, hazla inmediatamente tras su uso, para evitar que los restos pegados se sequen y luego sea más difícil quitarlos.
Aunque la mayoría llevan piezas aptas para lavavajillas, te aconsejo lavarlas a mano, para evitar que la temperatura de la máquina vaya degradando los materiales. También revisa el estado de las gomas de silicona que unen las piezas y cámbialas cuando sea necesario (si la usas a diario, al menos una o dos veces al año).
Por otra parte, para cuidar el motor, no la utilices más del tiempo recomendado. Por lo general, si se recalientan se apagan solas, pero para evitar disgustos, es mejor no forzarlas.
¿Cuál es la diferencia entre la licuadora y la batidora?
La licuadora, como hemos visto, ya sea por centrifugado a alta velocidad, como por prensado en frío a muy bajas revoluciones, lo que hace es extraer el jugo de los vegetales, es decir, separa el líquido de las partes sólidas.
La batidora, en cambio, tritura y bate, de modo que cuando introduces los vegetales, lo que consigues un líquido, pero con más consistencia, cremoso, puesto que se aprovecha todo.
