Cuando pensamos en una cama articulada, nuestra mente viaja de manera automática a las instalaciones de un centro de salud o de cuidado para ancianos. Lo cierto es que estas camas están diseñadas para ofrecer máxima comodidad durante largos periodos de convalecencia. No obstante, cada vez más personas deciden aprovechar las múltiples ventajas de tener en casa una cama articulada.
¿Qué es una cama articulada?
Las camas articuladas también son conocidas como camas ortopédicas o eléctricas, y se caracterizan principalmente por tener un somier que puede articularse en distintos planos, normalmente en cuatro o cinco. La gran mayoría de estas camas incorporan un sistema eléctrico para ajustar el ángulo de inclinación entre sus articulaciones, aunque algunas todavía cuentan con un sistema manual para ello.
Una cama articulada tiene todas las prestaciones necesarias para ofrecer la mayor comodidad posible a personas con algún tipo de dependencia. Por ejemplo, vienen con un colchón especial que se adapta a la forma del somier, y por lo general tienen barandillas. Algunas tienen ruedas con un sistema de freno individual o centralizado, y otras tienen un carro elevador para subir o bajar la cama.
En consecuencia, están pensadas para quienes, por razones médicas, deben pasar mucho tiempo acostados como parte de su proceso de recuperación. Por sus características, también contribuyen a que los cuidadores puedan hacer sus tareas con más comodidad y seguridad. Además, su diseño les confiere una capacidad de carga de hasta 140 kilogramos, aunque hay modelos XXL que soportan hasta 350 kg.
¿Cuáles son las ventajas de tener una cama articulada?
Evidentemente, las personas convalecientes o con cierto grado de dependencia derivan enormes beneficios de reposar sobre una cama articulada. Además de ofrecer un alto nivel de comodidad, estas camas facilitan los cambios posturales y reducen el esfuerzo que el usuario debe hacer. Sin duda, contribuyen significativamente a que el proceso de recuperación sea menos estresante y más rápido.
Ahora bien, ¿cuáles son las ventajas de tener una cama articulada para los usuarios que no presentan ningún tipo de dependencia? ¿De verdad merece la pena invertir en un mueble de este tipo? ¿De qué beneficios disfrutaría un usuario promedio si adquiriera una cama articulada? Veamos.
Las ventajas de tener una cama articulada
- Inicialmente, las camas articuladas eran caras y difíciles de conseguir, pero actualmente se han convertido en un mueble accesible para cualquier casa y a precios muy asequibles.
- Los diseños de las camas articuladas actuales incorporan elementos decorativos y muy elegantes que se adaptan a una enorme variedad de gustos.
- Existen camas articuladas para parejas con somieres independientes para que cada usuario pueda adaptarlo a sus necesidades.
- Acciones como ver la televisión, leer o desayunar en la cama se realizan con gran nivel de comodidad en estas camas articuladas.
- Su estructura aporta beneficios para la salud, ya que permite elevar algunas partes del cuerpo para aliviar los dolores musculares y mejorar la circulación sanguínea.
- Quienes practican deportes pueden aprovechar todas las ventajas de tener una cama articulada, ya que facilitan enormemente el descanso y la recuperación de lesiones.
¿Cómo elegir una cama articulada?
Considerando las ventajas de tener una cama articulada, muchos usuarios las han convertido en su mueble principal para dormir y descansar a diario. El recelo inicial a que el dormitorio pareciera un centro hospitalario ha desaparecido al comprobar los múltiples beneficios para la salud que reporta una cama de este tipo.
Si también estás pensando en adquirir una cama articulada, es conveniente que consideres los siguientes aspectos durante la fase de selección.
El colchón
Las camas articuladas no admiten colchones de muelles, por lo que tendrás que elegir entre uno de espuma, látex o terapéutico. Estos últimos pueden ser de viscoelástica, poliuretano o aire, y son los más recomendados para reducir la aparición de escaras en usuarios convalecientes.
Medidas
Por lo general, estas camas tienen una medida estándar de 90 x 190 cm, pero siempre podrás conseguir un modelo más acorde con tus necesidades. Factores como si duermes solo o en pareja, el tamaño de la habitación y tus preferencias personales determinarán el tamaño final de tu cama.
El somier
El somier puede ser de madera, acero o fenólico. La madera es el material clásico para el soporte del colchón, pero como es porosa, puede absorber olores o mancharse.
En cambio, el acero es más rígido y aporta mayor firmeza que la madera, además de presentar un bajo riesgo de mancharse o absorber malos olores. Finalmente, un somier fenólico está hecho con un material PVC que es muy flexible y firme, siendo esta última la mejor opción.
Carro elevador
El carro elevador es un sistema diseñado para subir o bajar la cama y adecuarla a la altura correcta para el usuario. En la mayoría de los casos es eléctrico y tiene un control manual de fácil manipulación. Algunos carros también inclinan la cama hacia los pies o hacia la cabeza para favorecer la circulación.
Patas y accesorios
Las patas pueden ser telescópicas y tener ruedas con frenos independientes o centralizados para garantizar la seguridad del usuario. Igualmente, estas camas pueden incluir barandillas, reposapiés y reposacabezas e incluso un portagoteros y un trapecio para usuarios con necesidades especiales.
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